Diego Alejandro Melera

lunes, 13 de agosto de 2018

Compost


Llamamos humus a la capa superficial del suelo, constituida a través de cientos de años por la descomposición natural de materia orgánica (animal y vegetal).

Llamamos compost al humus obtenido artificialmente (es decir, con intervención humana) por descomposición bioquímica en caliente de residuos orgánicos, que ocurre a mayor velocidad que la natural.

El compost se produce por la acción de millones de bacterias, hongos y otros micro organismos que entran en contacto con materiales de origen vegetal o animal (materiales orgánicos) y los biodegradan.
La producción de compost se puede hacer de dos formas:
- Proceso aeróbico, con microorganismos que necesitan oxígeno.
- Proceso anaeróbico, con microorganismos que necesitan que no haya oxígeno.
El proceso aeróbico, es más rápido, más fácil de hacer, genera un compost de mejor calidad, no libera gases a la atmósfera y no tiene olor desagradable.

Produciendo compost...
La naturaleza por sí sola produce compost (técnicamente: humus), cualquier materia orgánica abandonada, se termina convirtiendo en tierra negra, lo que vamos a hacer nosotros es contribuir a mantener las condiciones para que este proceso se haga un poco más rápido y en condiciones de higiene, de manera tal que no contaminemos ni enfermemos el ambiente y sin causar molestias a otros seres, sobre todo a nuestros vecinos.
Para producir compost en forma aeróbica, hay que garantizar que los materiales estén en presencia de oxígeno, esto significa que si los desechos se amontonan en una pila para su compostaje, hay que removerla con regularidad y deshacer terrones grandes, para que el oxígeno penetre a todas partes, además hay que mantener cierta humedad para que el ambiente sea favorable para los microorganismos.
En el compostaje, los microorganismos se comen el material orgánico y se comen entre sí. Otros organismos, como las lombrices, ayudan a crear túneles donde pasa el oxígeno. En este proceso, la pila de material orgánico se calienta y lo que se produce posee una textura similar a la tierra negra, llamado compost.

¿Cuáles son las condiciones para hacer un buen compost?
El tiempo necesario para producir compost es de cinco o seis meses (aproximadamente), pero el éxito que tengamos depende de los siguientes factores:
- Materiales orgánicos. Su tamaño y cantidad de nutrientes, acelerarán, malograrán o retardarán la descomposición. Carbono y nitrógeno son los macro nutrientes más importantes, en términos generales, los materiales ricos en carbono son secos y de color café, mientras que los materiales ricos en nitrógeno son verdes y húmedos, será necesario lograr un equilibrio entre ambos. En cuanto a las dimensiones, es conveniente que los desechos sean pequeños, sobre todo en nuestras primeras experiencias.
- Oxígeno. Si no hay suficiente aireación se origina una fermentación anaeróbica y se generan malos olores, además se retarda notoriamente el proceso de compostaje. También el exceso de oxígeno retarda la descomposición.
- Temperatura. Las altas temperaturas que se generan matan patógenos y aceleran el compostaje, las bajas temperaturas lo retardan, deducimos en conclusión, que el proceso tarda más en invierno que en verano. Es importante además, tener presente que las lombrices no toleran temperaturas menores a 5° C ni mayores de 30° C.
- Humedad. Tanto la excesiva como la escasa humedad dañan el compostaje. Los microorganismos que actúan en un proceso aeróbico requieren humedad para vivir, pero ¡cuidado! humedad no es agua.

¿Cuáles son los desechos orgánicos? ¡¿Qué meto en mi compostera?!
Entre los materiales orgánicos hay unos que fácilmente se compostan y otros que cuesta un poco más, inclusive hay materiales orgánico-sintéticos (como los plásticos) que necesitan muchas décadas para compostarse. La frase que sintetiza y define más claramente el asunto es: “desecho orgánico es todo aquello que alguna vez tuvo vida”. Teniendo en cuenta esto, podremos armar un listado básico:

No
Cáscara de huevos y frutas
Restos de verduras
Yerba, té y café
Papel
Pasto seco
Hojas y ramas secas
Bosta de caballo, oveja, gallina, etc.
Plásticos
Vidrios
Latas
Pilas
Papel sintético
Pañales descartables
Metales (aluminio, hierro, etc.)

Mitos y verdades entre la columna del Sí y la del No
Cartón, papel, huesos molido o entero, carnes, grasas, excrementos de perros o gatos... ¡¿Qué hago?!

Las carnes, los huesos, los productos lácteos y las grasas no se descomponen y atraen ratas”
- Si el consumo o desecho de estos productos es moderado, y si los cortamos o molemos antes de incorporarlos a la compostera, lograremos acelerar el proceso de descomposición. Los ratones no toleran la humedad ni las altas temperaturas del compost.

Una compostera atrae moscas”
- La correcta aireación y mezcla de los deshechos, evita el exceso de humedad y posibles olores que pudieran atraer moscas. Además, para evitar su presencia, podemos cubrir la parte superior del compost con una mezcla rica en carbono (aserrín, hojas secas, etc.) pues a las moscas les gusta revolotear y reproducirse sobre restos húmedos y en inicios de descomposición.

El excremento de perros y gatos puede tener patógenos que sobreviven al proceso de compostaje”
- No es verdad si hacemos un doble proceso con ellos. Es decir, le destinamos una compostera propia y hacemos un ciclo doble del habitual, destinando mayor tiempo para procesarlos. Para aumentar la tranquilidad, podemos “rebajarlo” mezclándolo con el compost de la cocina, o usarlo para plantas ornamentales o forestales, en vez de verduras, cereales o legumbres.

El papel y el cartón concentran humedad y detienen el compostaje, además la celulosa cuesta que se biodegrade”
- Es cierto, sin embargo, pequeñas cantidades de papel de diario, filtros de café, servilletas descartables, saquitos de té, etc., son aceptables. La incorporación de lombrices rojas ayudará a la descomposición de la celulosa.

¿Cuándo está terminada la tarea?
El compost listo para ser cosechado debe tener una alta proporción de material orgánico totalmente descompuesto, material de base parcialmente descompuesto y desechos de lombrices. Para cosechar el compost puede zarandearse, separando las lombrices y los materiales no descompuestos (trozos grandes de madera, ramas, cáscaras de nuez o huevos, etc.) del material sí descompuesto y con aspecto a tierra negra. En términos generales el compost ya terminado debería tener olor a tierra, textura liviana, y estar compuesto por pequeños terrones de color negro grisáceo.
Cuidados y mantenimiento
Transformar nuestros deshechos orgánicos en tierra fértil, sin generar moscas y mal olor, requiere cierta atención al principio. Es aconsejable comenzar de a poco e ir observando: si hasta ayer tirábamos todo a la basura ¿por qué convertirnos en ecologistas de la noche a la mañana?

Para empezar será bueno no incorporar más de 8 o 10 cm. por día, revolver a menudo y, cada vez que agregamos residuos, colocar una capa rica en carbono (mezcla de viruta de madera, hojas del otoño y pasto seco, por ejemplo). Los residuos que más vamos a generar provendrán de la cocina (yerba usada, cáscaras de fruta, recortes de verdura, etc.), éstos contienen un alto contenido de humedad, con lo cual será conveniente reducir su tamaño (cortándolos o triturándolos) y secarlos al sol, antes de colocarlos en la compostera. A medida que aprendemos, podremos ir incorporándolos directamente sin secarlos.

Asegurando el equilibrio entre nitrógeno y carbono, las condiciones ambientales y de temperatura tolerables para los microorganismos y las lombrices rojas, no debería haber inconvenientes. Sin embargo, mientras uno va aprendiendo a compostar sus propios desechos (diferentes en su composición a los de cualquier otra familia) pueden aparecer problemas que deberemos resolver rápidamente para evitar conflictos con los vecinos...

Problema
Causa
Solución
No se produce la descomposición
Falta de humedad
Rociar con agua
La temperatura es muy alta
Ubicar la compostera a la sombra
La temperatura es muy baja
Cubrir la compostera con un nylon negro y ubicarla al sol

Hay olor feo y aparecen moscas

Exceso de humedad/agua y
falta de aireación en la
compostera
Cubrir la superficie con materiales ricos en carbono
Voltearla y removerla al sol
Revisar los agujeros de drenaje y ventilación
Mantener tapada la compostera
Agregar carbono (hojas secas, viruta, aserrín, etc.)
Presencia de hormigas coloradas
Falta de humedad
Rociar con agua

Beneficios del compost
El compost se agrega al suelo para abonarlo y mejorar su textura. De esta manera, la tierra se vuelve más eficiente, los nutrientes continúan desprendiéndose por un período largo de tiempo y las plantas lo van utilizando a medida que van creciendo. El abono compuesto es más uniforme, más barato de realizar y dura más tiempo que el abono químico. La textura del suelo mejora notablemente porque se agregan materiales fibrosos que permiten que el aire y la humedad entren al suelo, quedando más ligero y poroso, permitiendo que las raíces de las plantas crezcan mejor y más rápido.
Mejorando la estructura del suelo, aumentamos su capacidad para almacenar agua, facilitando a las plantas la absorción de nutrientes. Agregar compost al suelo es la mejor forma natural para abonarlo y reconstruir la calidad de nuestra madre tierra.

Extraído del apunte titulado “Haciendo Compost en casa” de Federico Barroso Lelouche


Para más datos pueden revisar las siguientes direcciones, ahí encontrarán diferentes PDF para descargar directamente:









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